Un premio que abraza mi memoria: gracias, DOP Aceituna Aloreña
Hoy el blog cumple 19 años. Comencé esta aventura
compartiendo una receta de mi madre, y me emociona pensar en todo lo que
ha sucedido desde entonces. Por eso, creo que la ocasión merece que
comparta con todos vosotros el premio que hace unos días tuve el honor
de recibir de la DOP Aceitunas Aloreñas de Málaga. Y aunque recibirlo es
un orgullo enorme, lo que de verdad me ha tocado el alma es lo que este
premio ha despertado en mí: un regreso a mis raíces, a mis recuerdos, a
mi
hogar.
Cuando escuché mi nombre, no pude evitar que mi mente volara hacia mi madre. La veo, como cada año, sentada con paciencia infinita, sajando las aceitunas una a una para que en casa no faltaran Aloreñas durante todo el año. Aquellos días tenían un ritual silencioso: el olor del campo recién llegado, el golpe suave de la aceituna al partirse, sus manos.....tan sabias..... tan seguras..... trabajando sin prisa. Yo la observaba sin comprender del todo que, con cada gesto, estaba sembrando en mí un amor profundo por nuestras tradiciones, por el valor de lo hecho en casa, por el sabor que guarda memoria.
Recibir este premio ha sido como sentir su mano en mi hombro, como si me dijera:
“Sigue adelante, hija, lo estás haciendo bien”.
Por eso este reconocimiento es mucho más que un galardón; es un puente hacia ella, hacia todo lo que me enseñó sin palabras.
Y gracias a vosotros que seguís mi blog, por acompañarme durante todos estos años, me regaláis vuestra compañía en cada receta, en cada relato, en cada fotografía que comparto. Sin vuestro cariño, este camino no tendría el mismo sentido.
Prometo seguir honrando nuestras raíces, cocinar con el corazón y compartir recetas que, como las Aloreñas de mi madre, tengan el poder de unir pasado y presente. Porque celebrar este premio es, también, celebrar a quienes nos enseñaron a amar la cocina desde el alma.
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