Maimones o sopa de ajo malagueña
Esta receta de maimones es de la abuela de mi joven y querido amigo Salvi Vallejo, el como toda su familia son del bonito pueblo de El Borge en plena Axarquía malagueña, y me contaba que su abuela la hacía así y su madre también, y el como buen malagueño y cocinero ha seguido la tradición sin cambiarle nada a la sopa, y yo os la traigo igual, una sopa humilde pero que si nos paramos a pensar en los tres ingredientes principales, "pan, aceite y ajo" tres pilares muy importantes de la cocina mediterránea.
Los primeros panes se elaboraron en Oriente Próximo allá por el año 7000 a C. eran panes planos y sin fermentar, los egipcios descubrieron la fermentación y desde entonces los panes han ido mejorando muchísimo, aunque no se que decir en la actualidad que encontramos panes prefabricados, masas congeladas y sin gracia alguna.
El olivo árbol milenario de la sabiduría y de la paz.
Los primeros documentos escritos que se conocen son unas tablillas micénicas en barro del reinado del Rey Minos 2500 años a.C.
El olivo silvestre o acebuche es un árbol común del cercano Oriente y del entorno mediterráneo.
El origen de la producción del aceite de oliva hay que buscarlo en las costas del levante mediterráneo, Siria Líbano, Palestina e Israel, y va unida a la historia del vino y a la del pan.
Los primeros vestigios que aparecen sobre el consumo del ajo se remontan a los años 2500 a C en el antiguo Egipto, los faraones se lo daban a los trabajadores para que se mantuvieran sanos.
Entre las muchas propiedades del ajo, se encuentra la mejora de las enfermedades del corazón y de la circulación, es hipotensor, reduce el colesterol, es un potente antioxidante, aporta una mayor oxigenación a las células y por tanto ayuda a la eliminación de desechos del organismo, y es un maravilloso antibiótico natural.
El consumo de ajo es una excelente manera de mantener alejada las enfermedades.
Ingredientes:
1 pan cateto
1 cabeza de ajos
Aceite de Oliva Virgen Extra variedad picudo
1 limón
1 ramita de hierbabuena
1 cucharadita de sal
Agua
Los primeros panes se elaboraron en Oriente Próximo allá por el año 7000 a C. eran panes planos y sin fermentar, los egipcios descubrieron la fermentación y desde entonces los panes han ido mejorando muchísimo, aunque no se que decir en la actualidad que encontramos panes prefabricados, masas congeladas y sin gracia alguna.
El olivo árbol milenario de la sabiduría y de la paz.
Los primeros documentos escritos que se conocen son unas tablillas micénicas en barro del reinado del Rey Minos 2500 años a.C.
El olivo silvestre o acebuche es un árbol común del cercano Oriente y del entorno mediterráneo.
El origen de la producción del aceite de oliva hay que buscarlo en las costas del levante mediterráneo, Siria Líbano, Palestina e Israel, y va unida a la historia del vino y a la del pan.
Los primeros vestigios que aparecen sobre el consumo del ajo se remontan a los años 2500 a C en el antiguo Egipto, los faraones se lo daban a los trabajadores para que se mantuvieran sanos.
Entre las muchas propiedades del ajo, se encuentra la mejora de las enfermedades del corazón y de la circulación, es hipotensor, reduce el colesterol, es un potente antioxidante, aporta una mayor oxigenación a las células y por tanto ayuda a la eliminación de desechos del organismo, y es un maravilloso antibiótico natural.
El consumo de ajo es una excelente manera de mantener alejada las enfermedades.
Ingredientes:
1 pan cateto
1 cabeza de ajos
Aceite de Oliva Virgen Extra variedad picudo
1 limón
1 ramita de hierbabuena
1 cucharadita de sal
Agua
Modo de hacerlo:
Empiezo cortando unas finísimas rebanadas de pan que debe ser un pan asentado de varios días, que freiré en la sartén con un buen chorreón de aceite, retiro el pan y echo los ajos laminados, lo retiro cuando estén dorados, pero no muy tostados de lo contrario amargaría. En una cacerola pongo el agua a hervir con un chorreón de limón, y agrego los ajos fritos y el aceite. Junto con el pan frito y una cucharadita de sal , y lo dejo hervir a fuego medio hasta que el pan esté tierno. Es el momento de añadir unas rebanadas de pan y la ramita de hierbabuena, y dejar cocer unos minutos hasta que el pan de deshaga.
Empiezo cortando unas finísimas rebanadas de pan que debe ser un pan asentado de varios días, que freiré en la sartén con un buen chorreón de aceite, retiro el pan y echo los ajos laminados, lo retiro cuando estén dorados, pero no muy tostados de lo contrario amargaría. En una cacerola pongo el agua a hervir con un chorreón de limón, y agrego los ajos fritos y el aceite. Junto con el pan frito y una cucharadita de sal , y lo dejo hervir a fuego medio hasta que el pan esté tierno. Es el momento de añadir unas rebanadas de pan y la ramita de hierbabuena, y dejar cocer unos minutos hasta que el pan de deshaga.
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