Potaje carmelitano

Por su nombre parece que esta receta fuese inventada en conventos 
Esta receta está sacada del cuaderno de APUNTES GASTRONÓMICOS MALAGUEÑOS  Treinta platos y un día,  autor Francisco Gómez Pérez  
 Como bien dice su autor, no es un tratado de cocina malagueña, pero si un actualísimo y oportuno recordatorio de unos platos típicos que por su  poco uso pudiera perderse el modo de cómo se hacían "antes".

 Recuerda los guisos de su abuela Paca, que con poco dinero le echaba un derroche de fantasía a sus guisos para engañarlos a todos y de camino engañarse ella. Una  patata sin carne, tenía la habilidad de confundir al vecindario con su olor a ternera, y la de veces que había oído la frase "Paca que bien le salen a usted las papas en adobillo".
Las fórmulas que recoge bajo el título de Treinta platos y un día, hay que hacerlas al pie de la letra para que se pueda encontrar esos sabores de "antes" que con las prisas y las simplificaciones de ahora, ya casi están olvidadas.
Yo seguiré haciendo recetas de este tratado y espero algún día poder conocer al autor. 

 Ingredientes:
500 g de garbanzo remojado
400 g de acelgas
2 tomates rojo
1 pimiento verde
1/2 cebolla
2 dientes de ajo
pimienta negra molida
azafrán
4 huevos
2 ramitas hierbabuena
1 rebana de pan
1 cucharita de sal
4 cucharas de aceite de oliva virgen extra
Molino del hortelano variedad hojiblanca



Modo de hacerlo:  

 Limpio y troceo las acelgas, estas en particular son de mis jardineras y son pequeñas y muy tiernas, así que necesitan menos cocción, y la  reservo.
 En una olla con agua pongo a cocer los garbanzos que ya están previamente remojados de la noche anterior, lo dejo 20 minutos, y añado las acelgas picadas a trozos y lo dejo a fuego medio.
Mientras se cuecen los garbanzos con las acelgas, corto el pimiento, la cebolla, los dientes de ajo, y el tomate, y en una sartén con un par de cucharas de aceite hago el refrito, añadiéndole su sal correspondiente, la pimienta molida y el azafrán.
 Frío la rebanada  el pan que machaco en el mortero remojada  con un poco de agua.
 
 Cuando los garbanzos y la acelga están tiernas, echo el refrito y se deja que siga hirviendo otro poco a fuego lento y se añade y majaillo de pan y dos ramitas de hierbabuena,  rectifico la sal y lo dejo  unos minutos removiendo todo para que el pan  se reparta por todas partes. 
Y como muy  bien dice el autor,  para que sea un potaje carmelitano es imprescindible el majao de pan frito, la hierbabuena y el huevo duro picado.
Y ya a solo queda llevarlo a la mesa y transportarnos a nuestra niñez y disfrutar de esos sabores  y olores que tantos recuerdos nos traen.

Comentarios

  1. Hemoso potaje con mucho sabor.Muchas gracias guapa.Bssss

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  2. Gracias a ti Doris, por tu visita y tu comentario.

    Besitosss guapi

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  3. Este si que esta bueno, gracias Reme.
    P.d. yo quiero una cocina como la de la portada del libro.
    Besos

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  4. jejeje tocaya y yo tambien.

    Besitos guapi

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