Rabo de toro a la rondeña Video receta



 Esta es una receta que me transporta de un plumazo a la niñez, a esas tardes alborotadas que sucedían en mi casa cada vez que mi hermano Paco se vestía de luces para torear.

Mi madre con la cara descompuesta y temblando de miedo, los vecinos agolpados en la puerta para ver salir a mi hermano y el coche de caballos esperando.

Menos mal que esta afición le duró poco, para tranquilidad de la familia,  pero sobre todo la tranquilidad de mi madre, aunque siguió practicando "deportes de riesgo" paracaidismo, submarinismo, bombero"  y mi madre sufriendo.

Los días que había corrida de toros, esa semana se comía carne, por supuesto carne de toro de lidia, que como yo era muy "delicadita"  jamás me lo comía, manjar que me perdí durante muchos años.

Esta receta  está sacada del libro la cocina popular de Málaga, de Fernando Rueda García. 

Y como bien dice Fernando en el libro, "Hasta del rabo, todo es toro"; pero el rabo que se come hoy,  salvando privilegios, no es rabo de toro de lidia, más bien es rabo de ternera o de vaca.

Se dice que es un suculento guiso, que acepta como pocos la compañía de un buen vino tinto, que nació en Córdoba y que el mismísimo Manolete era uno de sus fieles devastadores, pero se hace por toda Andalucía con variaciones que le añaden su gentilicio: rabo de toro a la jerezana, a la sanluqueña o, como la receta que traigo hoy a la rondeña.

 Ingredientes:

 1 rabo de toro o de vaca

1 tomates rojo

2 pimientos verde

1 cebolla

100 g de aceite de oliva virgen extra

250 g de vino blanco

1 hoja de laurel

1/4 cucharadita de nuez moscada

2 clavos 

10 granos de pimienta negra

sal 

 

 Modo de hacerlo:

 

Picamos la cebolla, los  pimientos y los tomates.

Ponemos dos cucharas de aceite de oliva en la sartén y hacemos el sofrito, y lo trituramos.

Salpimentamos, y en una cacerola grande ponemos el aceite.

Y doramos el rabo por todos lados, añadimos el triturado de la verdura.

Las especias, y el ajo asado.


Vertemos en vino y lo dejamos cocer a fuego medio hasta que esté tierno.

Si durante la cocción si  vemos que lo necesita, le  añadimos  un poco de agua. 

En la olla normal ha tardado 2 horas y media, en una olla rápida tardaría la mitad de tiempo.

Y como siempre digo, ya solo queda llevarlo a la mesa y disfrutar.

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